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Interfaces cotidianas: Freewrite

En 2014, el ingeniero Adam Leeb y el desarrollador de software Patrick Paul lanzaron en la plataforma de crowdfunding Kickstarter su proyecto Hemingwriteuna máquina de escribir digital diseñada para «escribir sin distracciones». El dispositivo convenció a 1.096 patrocinadores, que contribuyeron un total de 342.471 $ (superando los 250.000 $ del objetivo inicial) para hacer realidad el proyecto. Tras poco más de un año, y rebautizada como Freewritela máquina de escribir se lanza al mercado como un particular producto de consumo que, en vez de ofrecer la mayor cantidad posible de funciones en un sólo aparato de tamaño reducido, se limita a una única función.

Freewrite es una máquina de escribir, con un teclado clásico Cherry MX Brown y una pantalla de tinta electrónica, que recuerda por su aspecto a una Remington y por sus funciones a las máquinas de escribir electrónicas que dominaban el mercado antes de la popularización de los ordenadores personales. El dispositivo está pensado, simplemente, para escribir sin las distracciones que proporciona un ordenador portátil o una tablet, en los que es muy fácil cambiar de aplicación para consultar el correo o mirar contenidos en Internet. Freewrite dispone de una sencilla pantalla en la que el usuario puede ir leyendo lo que escribe, un interruptor manual que permite escoger entre tres carpetas para almacenar documentos, y otro interruptor para conectar el aparato a una red wifi. Al escribir, los textos se guardan automáticamente en la memoria interna del dispositivo y, si está conectado a una red wifi, se copian también a una cuenta en la nube, que permite al usuario sincronizar los documentos con plataformas con Dropbox o Google Drive. Al tener una única función, no es preciso configurar gran cosa ni cargar programas: simplemente encender el dispositivo y empezar a escribir. Por ello, es idóneo para una persona que quiera escribir sin distracciones, a lo que añade su relativo poco peso (inferior al de muchos portátiles), un teclado cómodo y una batería que dura hasta 4 semanas.

A la apariencia decididamente retro del dispositivo se suma una funcionalidad limitada que parece ir en contra de lo que dicta la industria tecnológica. No obstante, lo que distingue a Freewrite es precisamente esta limitación, fruto de la necesidad de cambiar un aparato multifunción por uno que haga una única función de forma efectiva. En este sentido, se asemeja al lector de libros electrónicos Kindle, que en su lanzamiento se comparó erróneamente con el iPad, cuando en realidad es un dispositivo muy diferente, pensado únicamente para leer libros de la mejor manera posible. Al igual que el Kindle no facilita las distracciones al leer un libro, Freewrite elimina todo lo que no sirva para centrarse en la tarea de escribir. El apoyo recibido por numerosos usuarios de Kickstarter confirma la necesidad de disponer de dispositivos centrados en una única tarea. Según afirma Leeb, «vemos cada vez más cómo la gente se ha cansado de las constantes distracciones y los mensajes que aparecen en sus pantallas», por lo cual «en vez de crear un ordenador con múltiples funciones, nos hemos concentrado en un dispositivo con una única función, que proporciona la mejor experiencia posible de escritura.» Sin duda, Freewrite no está destinado a un amplio sector de usuarios, sino más bien a las personas que dedican una parte considerable de su tiempo a escribir. En una sociedad marcada por las constantes distracciones, escribir es una tarea especialmente difícil puesto que requiere un nivel de concentración que no siempre es posible conseguir. Prueba de ello son las numerosas aplicaciones que ayudan a escribir en el ordenador sin distracciones, como OmmWriter o WriteRoom, o los programas que desconectan el ordenador de la red wifi por períodos establecidos o limitan el acceso a determinadas webs. A esto se suma el interés por lo vintage, que ejemplifica la app Hanx Writer para iPad, un simulador de máquina de escribir clásica que ha sido un éxito de ventas.

Freewrite puede ser una simple rareza o convertirse en una herramienta especializada para un conjunto muy específico de usuarios. En cualquier caso, es indicativo de la necesidad de disponer de dispositivos que no persigan el todo-en-uno si no la ejecución de una tarea específica, que consecuentemente ayuda al usuario a concentrarse en lo que está realizando en lugar de perderse entre innumerables mensajes, recordatorios y alertas.

 

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