Sostenibilidad

¿Qué es el diseño circular?

El concepto de la economía circular se plantea ya en los años 80 como respuesta a la economía lineal o de “usar y tirar” que se había impuesto desde la Revolución Industrial, pero ha ido ganando mayor atención en los últimos años, cuando se hace patente que el sistema actual de producción y consumo es cada vez más insostenible. La economía circular toma como principio la reutilización de los residuos generados por los productos de consumo y la reducción de los recursos necesarios para su producción, a fin de crear un círculo virtuoso que llevaría a una economía más sostenible y respetuosa con el medio ambiente. 

Integrando el diseño en este concepto, Tim Brown, director ejecutivo de IDEO y uno de los principales impulsores del Design Thinking, defiende la necesidad de desarrollar un Diseño Circular, que conlleva repensar el proceso de diseño para pensar en el ciclo completo del producto, y no simplemente en su producción y comercialización.

“Se trata de coger la línea recta que va de la producción al desecho y doblarla para crear un círculo: no hay razón por la cual aquello que hemos usado y le hemos dado valor como consumidores no pueda seguir teniendo valor. Me siento mejor como diseñador y como miembro de la sociedad si creo cosas que se usan una y otra vez sin perjudicar al planeta, al contrario, beneficiándolo. Esto requiere que muchos diseñadores entren en este sistema y empiecen a diseñar de un modo diferente.”

Según Brown, el diseño circular es la nueva tendencia dominante en diseño, que implica una perspectiva radical y regenerativa del modelo de negocio actual. Aplicando la metodología de Design Thinking, el equipo de IDEO ha elaborado la Guía del Diseño Circular, que recopila una serie de propuestas, métodos e ideas que pueden ayudar a diseñadores y empresas a poner en práctica el diseño circular. Iniciativas como el packaging biodegradable basado en hongos que ha desarrollado Ecovative, el modelo de pago por luz aplicado por Philips en algunos proyectos arquitectónicos (según el cual la empresa no vende neones y bombillas, si no que se hace responsable de la iluminación del edificio a cambio de un pago regular) o la estrategia aplicada por la marca Patagonia para facilitar la reparación y reutilización de sus prendas son destacadas por IDEO como ejemplos ilustrativos de la filosofía del diseño circular.

En línea con el trabajo que realiza IDEO, la Guía del Diseño Circular ofrece una serie de contenidos didácticos que pueden trabajarse en talleres y se estructuran en métodos agrupados en cuatro fases principales: entender, definir, hacer, publicar. Al tratarse de un método circular, a la cuarta fase le sigue la primera, de manera que tras publicar (hacer público, sacar al mundo) el producto creado, volvemos al principio buscando entender lo que se ha producido y sus efectos en el mundo real. Las cuatro fases presentan seis métodos cada una:

  1. Comprender: comprender los circuitos circulares – pensamiento regenerativo – pasar de producto a servicio – comprender las implicaciones de los materiales empleados – inspirarse en el método Agile de desarrollo de software – aprender de la naturaleza
  2. Definir: definir el reto – hallar oportunidades circulares, que puedan crecer – construir equipos – comprender a los inversores y crear estrategias para involucrarlos – crear un modelo de negocio bajo la perspectiva de la economía circular – crear la promesa de marca
  3. Hacer: investigación centrada en el usuario – brainstorming circular – integrar mecanismos de retroalimentación – escoger materiales de forma inteligente – seleccionar conceptos – crear prototipos rápidos
  4. Publicar: planear el ciclo de vida del producto (lo más largo posible) – poner a prueba el proyecto – imaginar nuevas colaboraciones – crear una narrativa – aplicar principios de design thinking a la propia organización – llevar a cabo ciclos continuos de aprendizaje

A estos métodos se suman cuatro más que IDEO sitúa en un plano más avanzado, y que retoman la planificación del ciclo de vida del producto, el rediseño del producto en función de los resultados obtenidos, la selección de los materiales y finalmente la innovación en el uso de materiales, todo ello dentro de la filosofía del diseño circular, buscando la mayor reutilización y sostenibilidad.

Como parte de la filosofía del diseño circular, se plantean también una serie de conceptos clave o perspectivas desde las cuales se encara todo el proceso descrito anteriormente. Se resumen en cuatro puntos:

  1. Amplíar la visión del diseño centrado en el usuario
    Cuando se diseña para la economía circular, se trata de investigar y comprender las necesidades de todos los usuarios o usos de los materiales dentro del sistema.
  2. Reimaginar la viabilidad
    En la economía circular, cultivar la propia porción del pastel puede significar cultivar todo el pastel. El diseño de materiales reutilizables creará un nuevo valor al permitir a todas las empresas reutilizar esos materiales.
  3. Diseño para la evolución
    Solíamos diseñar productos «terminados». Ahora, debemos pensar en todo lo que diseñamos como software: productos y servicios que pueden evolucionar constantemente, basados en los datos que obtenemos a través de la retroalimentación. El diseño nunca termina.
  4. Construir una narrativa fuerte
    En la economía circular, los diseñadores, más que nunca, tienen que cambiar la mentalidad de quienes los rodean. Al desarrollar historias convincentes y pruebas de concepto, podemos ampliar nuestra esfera de influencia.

En conjunto, el diseño circular retoma muchos elementos del Design Thinking y puede decirse que es, hasta cierto punto, una actualización de este último adaptado a la preocupación por la sostenibilidad y los retos medioambientales. En algunos aspectos, el diseño circular también adopta principios planteados por otros autores, como McDonough y Braungart, quienes destacan en los principios del modelo Cradle to Cradle la necesidad de escoger inteligentemente los materiales empleados en cada producto, para evitar el ciclo de degradación que se da con el reciclaje y optar por soluciones que sean sostenibles en la propia “cuna” del producto.

El diseño circular se suma así a la creciente tendencia a repensar el diseño como disciplina que impulsa el consumo de nuevos productos y nos lleva a desear nuevos objetos constantemente para asumir su responsabilidad ética y buscar soluciones sostenibles a nuestra sociedad de consumo.

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