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Diseñar la experiencia del parto

Dar a luz ha sido tradicionalmente un acto privado, que tenía lugar en el propio dormitorio de la madre, en la comodidad de su hogar. No obstante, esta práctica tenía el riesgo de una elevada mortandad tanto de las madres como de los bebés, por lo cual progresivamente se trasladó el parto al ámbito de clínicas y hospitales. De esta manera, las mujeres pueden dar a luz en un espacio que dispone de los recursos para atenderles en caso de que se produzcan complicaciones y, si es necesario, practicar una cesárea. Con todo, al convertir el acto natural de parir en una intervención médica se han descuidado en gran medida factores esenciales para el bienestar de la madre, que repercuten en el nacimiento del bebé. El espacio de la clínica es frío y aséptico, impersonal y desprovisto de cualquier elemento que facilite un estado emocional positivo. El trato que dan algunos profesionales a las parturientas es equivalente al que se da a una enferma, a menudo ignorando sus deseos y preferencias en favor de aquello es más conveniente según criterios médicos y de la conveniencia de las propias instalaciones.

Pero una mujer que da a luz no es una enferma ni el parto debe tratarse como una operación quirúrgica (excepto, obviamente, en los casos en que las complicaciones del parto hagan necesaria tal intervención). Por ello, se han ido desarrollando diferentes iniciativas que buscan transformar la sala de partos en un espacio más amable y atento a las necesidades de la madre. Un buen ejemplo de ello es la primera sala de parto del futuro creada en el Hospital Nordsjællands de Hillerød (Dinamarca).  Una colaboración entre la propia institución y las empresas Wavecare y Philips ha permitido diseñar unas “salas sensoriales” destinadas a crear un ambiente que relaje y estimule a las mujeres en el proceso del parto. La idea era poder cambiar la sala de su configuración habitual, con todo el equipamiento médico y el espacio necesario para que el personal del hospital pueda llevar a cabo su trabajo, a una habitación sensorial en la que por medio de luces y sonidos sea posible aportar una atmósfera que cree sensaciones positivas y atenúe la ansiedad propia del momento de dar a luz.

Según afirma Katrine Hornum-Stenz, matrona jefe del Hospital Nordsjællands:

«El uso de la iluminación, el sonido y las imágenes en las salas de partos se basa en la evolución que se ha producido a lo largo de muchos años. Su objetivo es ayudar a las mujeres a experimentar calma y tranquilidad durante el parto, mejorando así la experiencia de dar a luz tanto para la mujer como para su familia. También esperamos que las nuevas salas de partos sensoriales ayuden a crear un ambiente de trabajo más agradable para el personal. El proyecto tiene un objetivo clínico principalmente porque somos conscientes de que la tranquilidad puede tener un impacto positivo en la capacidad del cuerpo para liberar la hormona oxitocina que estimula el trabajo de parto y que el cuerpo necesita para poder producir contracciones. Además, el sonido, la iluminación y las imágenes ayudarán a proporcionar apoyo a la mujer en el parto al mantenerla calmada y concentrada”

El entorno creado tiene por tanto efectos beneficiosos tanto para las mujeres que dan a luz como para el personal que las asiste en esta labor, y tiene además la posibilidad de transformarse rápidamente en caso de que sea necesario resolver complicaciones del parto con las condiciones de luz que requiera el personal médico. El sistema consiste básicamente en unos paneles cubiertos de tela que actúan como una pantalla en la que se pueden proyectar imágenes que calman a la madre y le ayudan a seguir el ritmo de las respiraciones para facilitar el proceso de dilatación. Dado que la pantalla no ocupa espacio en la sala, no supone un estorbo en el caso en que se deba proceder a una operación quirúrgica. El uso de elementos intangibles como la luz, el sonido y las imágenes proyectadas facilita llevar a cabo este tipo de transiciones.

Soluciones como ésta pueden aplicarse también a otros grupos de pacientes y suponen una necesaria innovación en la configuración de los espacios hospitalarios. Al igual que se diseñan otras experiencias de usuario, también las experiencias de los pacientes en los hospitales pueden mejorarse por medio de un diseño centrado en las necesidades de las personas.

 

 

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